Se dice que los periodistas deben tener olfato para las buenas historias. En nuestro lado cafetero, meter las narices, aspirar y luego describir qué se percibe, es literal. Les decimos cómo practicar.
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El amor por el café entra por la nariz
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Se dice que los periodistas deben tener olfato para las buenas historias. En nuestro lado cafetero, meter las narices, aspirar y luego describir qué se percibe, es literal. Les decimos cómo practicar.